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Ana

Miró a un hombre, se humedeció los labios, se puso un vestido estrecho y aguantó el dolor de los tacones

José Miguel Blanco

Ana

 

A Ana no le sonreían las estrellas, nadie se fijaba en ella, nadie comprendía sus risas, nadie lloraba sus miserias...

En su vida no había copas, no había sexo, no había música ni bailes... Ana se despreciaba, no se quería a sí misma. Ana no era Ana.

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Pero un día decidió traicionarse. Miró a un hombre, se humedeció los labios, se puso un vestido estrecho y aguantó el dolor de los tacones. Ella fue la que mordió primero, y así ganó su primera pelea.

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Ana comenzó a andar a cámara lenta. Aprendió a llorar con elegancia, a beber despacio, a controlar sus miradas... y dejó de precipitarse.
Ahora fumaba como lo hacen las princesas, follaba como las estrellas del porno, callaba como los diablos sabios, escuchaba música que pocos comprendían, leía libros de autores malditos y tatuó calaveras con rosas en su piel.

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Entonces Ana viajó a la Luna y bajó al fondo del mar. Aprendió a mirar al Sol con los ojos abiertos, a bañarse en agua helada, a saltar al vacío sin mirar abajo; aprendió a disparar, a aterrizar de pie, a clavar sus tacones en los gilipollas, a meter la mano en la cesta de las serpientes, a no llorar si no merecía la pena... Ana aprendió a ser ella misma.

Ana sois todas las mujeres. Ana eres tú.

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SiPNOSiS

 

Ana no era Ana. Hasta que se traicionó a sí misma y encontró el poder de ser quien quería ser. Este relato es un grito de transformación, una oda a todas las mujeres que aprenden a caminar con tacones sobre el abismo, a morder primero, a mirar al Sol sin pestañear.
Un homenaje a la libertad salvaje, al dolor necesario y a la belleza de descubrirse en la oscuridad.

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Algunas reacciones tras su publicación en redes:

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Ohhh... qué bonito. Al final Ana aprendió a vivir y ser feliz.” — Loli Delgado Blanco
Ana es... no sé... Ana soy yo.” — Ana Belén Perea Serrano
Ana aprendió a ser una gran mujer. ¡Fantástico!” — Mari Carmen García Burell
Qué retrato lingüístico más bello.” — Rocío Rubio Garrido

 

|   “Exacto, esa voy a ser yo… ya soy un siete. ¡Me planto! Gracias, grande. ¡Eres nuestro Don Juan!” — Ana Cogollos Leira

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Ciudad Real, 2016. Publicado en Facebook. 

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