Prado
Mi amiga Prado es una inquietante mujer mutante, a medio segundo de girar su cabeza, atravesar a alguien con una mirada verde, sacar una lengua larga y viscosa y saltar al cuello del primer capullo bonito que se le cruce.
​
Pero la pérfida Samantha Gauges la ata con sus cuerdas de seda a un poste de hierro clavado al suelo, porque se acerca la Navidad y las chicas peligrosas tienen que estar encerradas en los sótanos, para que las princesitas de Disney salgan tranquilas a la calle… al menos hasta la medianoche, cuando Deep Purple desate los infiernos.
​​
SiPNOSiS
Entre lo salvaje y lo mágico, Prado es un guiño furioso a todas las mujeres que no encajan en ningún molde. Un grito breve contra la domesticación de lo indómito.
​
Algunas reacciones tras su publicación en redes:
​
“Una preciosa historia para contarle a los niños en Navidad… ¡jajaja! Siempre sorprendiendo.”
— Prado León Camacho, protagonista del relato
“Cuando nuestra locura inspira así, mal no lo estamos haciendo. Gracias por la historia.”
— Samantha Gauges, coprotagonista
​
Ciudad Real, 2015. Publicado en Facebook.
​La fotografía que acompaña este relato muestra a Prado y Samantha en una sesión de corset piercing, una práctica estética en la que la piel se perfora con pequeños aros entrelazados con cintas de seda. Una imagen de belleza cruda, entrega y geometría corporal.
​

