Gloria
Miguel Ángel vivía una existencia oscura entre los humanos, observándolos con afecto y creyendo comprender sus males y deseos, pero incapaz de interactuar con ellos. Con el tiempo comprendió que no podía ser visto ni tocado, y que su naturaleza era una mera presencia que pasaba desapercibida. Aunque en ocasiones tuvo la sensación de que alguien notaba su reflejo, siempre fueron bebés que lo contemplaban con desinterés o personas muy ancianas que lo miraban con tristeza. Encerrado en su estado etéreo, hacía lo imposible por relacionarse con las personas, pero era física y emocionalmente incapaz de ello.
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En su día más negro y desesperado, vagó por la ciudad para experimentar sensaciones humanas. Entre toda esa gente, destacaba una bella mujer morena que él apenas recordaba y que parecía poseer un brillo tan especial como no había visto en años. Durante horas la siguió a todas partes, experimentando sentimientos olvidados. Intentó llamar su atención varias veces, pero fue en vano. Abatido, y para despedirse de ella, le acarició en silencio el pelo con su mano.
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Gloria sintió que alguien le rozaba el cabello con suavidad. Se giró, pero allí no había nadie, tan solo una sensación de frío, soledad y tristeza, la misma que había experimentado la noche anterior, cuando soñó con su difunto amigo. Sabiendo lo que tenía que hacer y sin tiempo que perder, entró en casa, encendió una vela repitiendo su nombre y la protegió en un pequeño candelabro para que se consumiera despacio.
Miguel Ángel se giró para mirar a la mujer por última vez, pero en su lugar solo había una pequeña llama. De alguna manera, esa débil luz le iluminó de esperanza. A medida que se acercaba, el brillo se volvía más intenso y firme, tornándose en mil colores y lanzando energía por doquier. Entró en la luz y se vio a sí mismo fundido con ella, alcanzando un estado de paz como no había conocido nunca. Lo último que vio fue el rostro de Gloria, que lo miraba con una plácida sonrisa y le lanzaba un beso de despedida.
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SiPNOSiS
Invisible entre los vivos, atrapado en un limbo de soledad, Miguel Ángel solo anhela una última conexión con el mundo humano. Cuando el recuerdo y el amor de una mujer se cruzan con su camino, algo cambia.
Gloria es un relato sobre la redención, la memoria y el poder luminoso de un gesto que traspasa la muerte.
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Algunas reacciones tras su publicación en redes:
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“Los microrelatos son una delicatessen.” — Carlos Romero Sánchez
“Relato tras relato, te superas. Estoy enganchada.” — Mari Ángeles Fernández
“Este me ha encantado. Es el que más me ha gustado.” — Isabel Almansa
“Se me han saltado las lágrimas. No tengo palabras.” — Mari Carmen García Burell
| “Ohhhh… ¡Qué lindo! Mil gracias por conocerme en mi estado interior. Eres genial, José Miguel Blancowhite, y te quiero por ello.”
— Gloria Bellido, protagonista del relato
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Ciudad Real, 2016. Publicado en Facebook.
La ilustración que acompaña este relato —y que también puede verse en la sección de Dibujos de esta misma web— representa a Gloria, mi pareja.
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